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Los idiomas más difíciles de aprender

Idiomas más difíciles de aprender

El conocimiento de idiomas facilita el acceso a grandes oportunidades a estudiantes y trabajadores alrededor del mundo. Pero no siempre es fácil. Aprender un nuevo idioma tiene sus desafíos y aunque muchos idiomas pueden parecer muy fáciles, hay otros que se consideran los más difíciles en el mundo, aunque eso no quiere decir que sea imposible aprenderlos.

Existen ventajas laborales para quienes dominan estos idiomas, ya que se amplia las posibilidades de acceso a trabajos como los de interpretación o  traducción simultánea, traducción certificada, y hasta  interpretación remota.

Pero ¿Por qué se los clasifica como difíciles?, ¡Te contamos!

El Chino Mandarín es el primero, una quinta parte de la población mundial habla mandarín, y su dificultad se debe a los miles de caracteres complejos e intrincados de su sistema de escritura, tiene cuatro tonos principales y un tono neutro que hacen que hablar sea difícil, ya que la pronunciación determina el significado.

Por ejemplo, el segundo tono es ascendente: sube del tono medio al más agudo, similar a nuestra interrogación. O el tercer tono, que es de curva: baja y luego sube. De este modo, la palabra “ma” en el primer tono significa «madre», en el segundo «cáñamo», en el tercero “caballo” y en el cuarto “insultar”.

Idiomas más difíciles de aprender

Aprender árabe igual que el chino, se encuentra entre los cinco idiomas más hablados del mundo. Es difícil de aprender ya que el alfabeto no es latino y la escritura excluye la mayoría de las vocales, se escribe de derecha a izquierda y añade algunos sonidos que ningún otro idioma comparte además, una gramática complicada con verbos antes del sujeto.

El Japonés es un idioma con más de 10.000 caracteres, con una estructura sumamente jerárquica y dos alfabetos fonéticos (hiragana y katakana) con cerca de 50 sonidos cada uno. El hiragana se utiliza para las palabras japonesas, mientras que el katakana es para las palabras extranjeras. El japonés tiene tres sistemas de escritura diferentes y cada uno con su propio alfabeto.

El idioma Ruso se encuentra en la misma línea de dificultad, su  alfabeto tiene 33 letras en total (algunas son al revés o tienen caracteres muy  diferentes al idioma español); se debe  aprender el sonido de las letras del alfabeto para poder  leer y comprender varias palabras. Contiene gran variedad de acentos, variaciones del alfabeto cirílico, dos pares de consonantes (plana y palatalizada) y un número enorme de palabras que varían de significado con cada sufijo o prefijo.

Por último, el húngaro, que tiene 18 sufijos para los casos, 14 vocales del idioma, dos conjugaciones de cada verbo y una amplia gama de modismos y sutiles referencias.

Y aunque todo esto parezca angustioso, aprender uno de estos idiomas puede ser la clave para tu éxito personal, como hemos dicho, no es imposible aprenderlos, la motivación de la persona y las ganas de aprender son un factor determinante.

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